Lo asegura Roberto Pachamé, Presidente de AITA, Asociación de Ingenieros y Técnicos del Automotor de Argentina. La institución tiene más de 50 años y es la primera de América Latina. Aquí nos relató su participación en este emprendimiento.
“A nosotros nos convocó CATAC hace 8 meses y su presidente me transmitió la inquietud del sector: en Argentina hay más de 350.000 transportistas y un alto porcentaje tienen uno o dos camiones, que en términos de rentabilidad tienen poco poder adquisitivo. Pero desde 2008 aproximadamente, han renovado su flota o parte de ella con camiones que están en el rango de potencias entre 220 y 300 CV. Se trata de 73.000 camiones que tenían certificado de defunción, prácticamente.”
“Ante la solicitud, yo propuse hacer estudios de factibilidad, y en el caso de que el proyecto funcionase desde el punto de vista de la seguridad activa y pasiva, personalmente me haría responsable de este emprendimiento.”
“Efectivamente, hicimos un montón de estudios, con pruebas muy importantes de ingeniería, redactamos un informe técnico con todas las evaluaciones, considerando todas las condiciones operativas en que circula un camión para determinar las velocidades. En pendientes superables, las aceleraciones, distancias para alcanzar la velocidad máxima, contemplando al 100% lo que exige la ley actual.”
De la teoría a la práctica
“Los estudios teóricos determinaron la factibilidad: velocidad máxima de 80 km/h, 120 segundos para alcanzar esa velocidad desde cero, y todos los parámetros de seguridad a tener en cuenta por lo que exige la ley.”
“¡Y los resultados fueron altamente satisfactorios! El camión supera los 80 km/h, ronda los 90 segundos para lograr la velocidad, permite la salida en pendiente en segunda marcha, permite superar una pendiente del 2% (que es la pendiente que normalmente tienen los puentes) con estabilización de velocidad (muy importante) a no menos de 50 km/h. Así que todos los parámetros de seguridad están absolutamente cumplidos.”
“Tuvimos una reunión con el Secretario de Gestión de Transporte de la Nación, el Ingeniero Guillermo Krantzer, un amplio conocedor en estas cuestiones. Le presentamos este trabajo, y accedió a un ensayo práctico para corroborar este informe. Y en caso de que los tests resultaran bien, se comprometió a apoyar la modificación el decreto.”
