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Los Ujevich (Venado): Una familia experta

En Venado Tuerto, Santa Fe, en 2002, encontramos un taller especializado, como pocos, en camiones Iveco. En aquel entonces, nos permitieron dejar una pila de ejemplares cuando nos presentamos; y al mes siguiente se aventuraron a hacer una publicidad. Desde esos días, Taller “Don Mariano” nos acompaña en nuestras ediciones todos los meses.

A los 21 años, arribado de Yugoslavia, Vinko Ujevich comienza a trabajar en la agencia Marinari de Venado Tuerto, que comercializaba Iveco (Fiat, por entonces). En ese momento el camión era el 666. Ahí trabajó un par de años y, con su vagaje de conocimientos, se largó solo.

“Acá estamos, 50 años después, muy cómodos con la marca Iveco” -nos decía Marcos Ujevich, hijo del fundador, que ya cumplió 43 en el taller, que recuerda atender esos primeros modelos de Fiat como el 666/682/642/673 o CP3 conocido como la venganza Sallustro (*).

“En la época del Tracker cambió, o empezó a cambiar la historia. Ya no era un camión totalmente mecánico; ya te encontrabas que algunas cosas no se podían tocar. Detectabas el problema y esa cajita de plástico negra no se podía tocar: era solo para entendidos. Se empezaron a necesitar ciertos instrumentos que en el taller convencional no existían. Ahí fue fundamental capacitarse e invertir, y ¡lo hicimos justo a tiempo!. Tengo excelentes colegas mecánicos de un conocimiento muy valorado en la zona, y tal vez no la vieron o, quizá en su momento, les fue difícil capacitarse, y lamentablemente quedaron afuera del mercado.”

“Mi padre Vinko la vio y me impulsó a que no nos podíamos quedar; él dijo ‘Hasta acá llegué yo: lo nuevo es tuyo’ y así fue. Hoy, a su edad de 87 años, sigue viniendo al taller a ver cómo sigue su legado. Ve a sus nietos, Cristian y Facundo, trabajando conmigo, y eso lo pone muy orgulloso. Hoy los mellizos Franco y Alexis Grande trabajan con nosotros. Así que la segunda y tercera generación de los Ujevich seguimos con la marca Iveco, siempre con la misma camiseta, y adaptándonos permanentemente a lo que nos pide la marca.”

“El oficio y los años de experiencia te van haciendo. Lo más preciado de todo este camino es el tiempo; si bien la tecnología facilita el diagnóstico, sigue siendo importante el conocimiento que te dan los años, se aprende mucho en la calle. En los auxilios en la ruta tenés que sacar andando el camión con lo que tenés a mano, para que siga su camino. Lo más importante lo aprendí de mi viejo: siempre fue un intenso buscador; se informaba, leía mucho y me enseño todo. La dedicación y responsabilidad en el trabajo lo heredamos y eso es mérito de él. Lo que vino después de incorporar tecnología, fue como comprar o conseguir una llave que necesitábamos en el tablero; se hizo a tiempo y no nos quedamos en el tiempo (justamente). Eso fue un paso más en la vida de nuestro taller”.

(*) La Venganza Sallustro

Oberdan Guillermo Sallustro fue director de Fiat Concord. El 21 de marzo de 1972, Sallustro fue secuestrado por miembros del Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP) y ejecutado pocas semanas después. Dos años más tarde, Fiat Concord lanza el camión liviano 673 Sallustro, en honor al desaparecido miembro de la marca; las fallas técnicas y problemas en el diseño de la cabina eran una dificultad constante para el usuario. Así, la leyenda dice que, fueron tales las fallas desde el nacimiento de dicho camión, que fue conocido “la venganza de Sallustro”.

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