Hija, sobrina, prima, y hermana de camioneros, una “simplemente camionera” de pura cepa. Versátil, luchadora, empezó a manejar en un “yacaré” y de la mano de su papá Pocho. Quedó viuda a los 37 años, con cuatro hijos y le redobló la apuesta a la vida, saliendo adelante con su profesión.-
“Me acuerdo perfectamente cuando mi papá me puso a manejar por primera vez un camión, era un “yacaré”; fue en el año 78´, algo que me marcó para siempre”, compartió a través de “EL BORNE EN EL AIRE”, nuestro programa de radio, “ahí empieza todo, me crié entre camiones, los viajes, pero era un amor/odio, porque me sacaba lo que más quería que era mi papá”.

“La Malvada” está llegando a sus cincuenta, es camionera de ley, actriz y cantante, “en las vacaciones lo acompañaba a mi papá en las largas temporadas de puertos, porque lo veíamos muy poco, el amor al camión, se fue dando por mi papá. A los ocho años me puso en un “cabeza de loro” para cruzar un puente en Neuquén, a los catorce me planté porque mi mamá que era enfermera, no quería saber nada con el camión, haciendo mucho sacrificio para que yo estudiara, entonces les dije que iba a seguir estudiando, recibirme para darle un gusto a mi mamá, me esmeraba solamente para que me dejaran andar en el camión, aprendiendo a manejar”.

El salir adelante sola
En 1993 sacó su primer carnet profesional, “con gran porcentaje de ilusión y de miedo, mi primer viaje me lo dio el Sr. Pérez, quien me dio una gran oportunidad, yo en ese entonces era volantera, aprendiendo todos los días algo nuevo, me gustaba mucho la mecánica”.
Se casó y tuvo cuatro hijos, pero me enviudó a los 37 años, “seguí trabajando para criar a mis hijos en este oficio que amo tanto, lo que me permitió llevar adelante la familia sola, mi esposo también era camionero, se mató en un accidente, yendo a Ushuaia”.
Pero “La Malvada” se bajó alternativamente del camión en el lapso en el que crió sus hijos, haciendo reparto en camionetas, ya que tuvo una empresa de mudanzas en esas épocas, también se dio el tiempo para estudiar y recibirse de masajista deportiva, de estudiar música y teatro, y ser actriz y cantante, con un disco en su haber.

“La Malvada”
Es una historia de amor trunca, “conozco una persona, también camionero, a través de las redes sociales, y no me animé a apostar de nuevo al amor, y le dije que prefería quedarme sola, entonces él me grita “Dios sabe que te amé sin tocarte, malvada corazón de cascote” y ahí surge el apodo, en ese entonces tenía un 1114, y al otro día me habían escrito en el parabrisas “la malvada”, y quedó para siempre. Eso fue hace 20 años, y nunca volvimos a contactarnos”.
La mujer artista
Entre las penas y desafíos de la vida, “la malvada” decidió estudiar, “comencé a hacer teatro, protagonicé la primera novela de Puerto Madryn, una experiencia maravillosa, increíble, y canto desde los nueve años, por parte materna, mi familia son todos guitarreros. Mi mamá no me dejaba ir a estudiar, así como era muy porfiada, empecé a mirar a mi abuelo y a mis tíos, para aprender, y la primer milonga que hice se llamó “hacete amigo de Pocho”, que era como lo decían a mi papá, dedicada a él, en el 2007 se me fue y me quedé muy vacía, pero creo que no hay mejor honor que vivir honrándolo, primero hice una versión en cassette y luego el primer CD dedicado exclusivamente a él, transitando el dolor y la emoción”.

Los hijos
“Fue difícil y fácil a la vez, andaba como los gitanos, con las ollas y los chicos arriba del camión, hasta las bicis de ellos llevaba, no podía estar sin el oficio por mucho tiempo, cuando uno ama lo que hace es imposible.
Uno de mis hijos es productor cinematográfico, otro que es jugador profesional de fútbol, y otro que es camionero como yo y mi hija vive en Córdoba, trabajando re bien.
El más grande no le gustaba mucho que fuera camionera, el segundo tampoco pero me apoyaba, es complicado criar hijos con este oficio, pero se puede, también lo digo como esposa de camionero, hoy con casi 50 años, estoy pensando en que en algún momento me voy a tener que bajar y hacer otra cosa, pero por ahora vivo el hoy, ya se verá, bajar un poco el acelerador y disfrutar un poco más la vida”.


















