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El factor humano y su incidencia en la conducción implica el 90% de los siniestros viales

Así lo afirma a EL BORNE, la Lic. Alejandra Pereyra, experta en Prevención Vial del Ministerio de Transporte de la Nación, docente y perito en accidentología vial, “esto se vio acentuado en pandemia por el impacto de los estados de ánimo de la gente”.

La experta comparte a través de “El Borne en el Aire” (www.laradiodechivilcoy.com.ar) parte de una investigación que llevó a cabo durante este año y medio de pandemia, “a pesar la merma de la circulación por las restricciones, continúa habiendo siniestros, muchos protagonizados por lo que denominamos “conductores temerarios” que son aquellas personas que de alguna manera generan riesgo o peligro por su la forma de conducir. Generalmente, su conducta suele ser reiterativa”.

Factores psicológicos y estrés

“Tienen que ver con la personalidad del individuo, un aspecto determinante en su conducta” destaca, “los estudios indicaron que los factores más influyentes en los siniestros viales suelen ser del tipo temperamental o carácter, el humor y la actitud, manifestando cierta inmadurez o conflictos de índole familiar, laboral, personal o ligado al contexto económico” y agrega, “estos factores subjetivos, las emociones, inciden en la conducta al volante e incrementa el riesgo de siniestros”.

“La práctica de la conducción  requiere una gran concentración, algo que muchas veces nos olvidamos y que este tipo de factores disminuye considerablemente, es decir, la capacidad del conductor para concentrarse en los estímulos. Por ejemplo, si tengo a mi hijo enfermo voy a salir con preocupación y voy a estar desconcentrada al manejar”, ilustra.

Otro factor determinante al momento de salir a conducir, con toda la sobrecarga que se tiene al manejar, es el estrés, “que se caracteriza por un estado psicológico y se produce cuando el individuo se encuentra inmerso en una situación de sobre exigencia física y psíquica. El ritmo acelerado de vida que hoy vivimos y la sobrecarga de trabajo y los problemas de inseguridad, la excesiva estimulación ambiental, trabajar en un ambiente competitivo, son algunas de las situaciones que pueden dar lugar a la aparición de este estrés. Y estos efectos no deberían ser perjudiciales en la conducción, sin embargo, implican en el conductor un mayor nivel de agresividad, impaciencia. También mayor predisposición a tomar decisiones desacertadas y generar una mayor tendencia a no respetar las señales y las normas de circulación”.

Educación Vial

“La mejor medicina para una buena conducción es la educación. Es fundamental. Recién ahora se está implementando, pero falta mucho. Se necesitan carreras afines y más profesionales en la materia para hacer una política de educación sostenida en el tiempo”, opina al ser consultada y puntualiza que su estudio abarcó distintas localidades a nivel país y ciudad de Buenos Aires.

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